La sequía sigue atenazando al país y el agua se va
haciendo cada vez más escasa para los tres fines más priorizados: el
consumo humano, el riego de la agricultura y la generación eléctrica.
Es un problema que viene de meses atrás y que se pensó que podría mitigarse cuando llegaran las lluvias de mayo, pero lo cierto es que los pocos y espaciados aguaceros que han caído sobre el país no dan agua suficiente para almacenarla en nuestras presas.
La producción de agua potabilizada para el consumo de los ciudadanos sigue mermando y el déficit sube de nivel en la medida en que pasan los días y no llegan las lluvias.
Ya estamos tocando fondo.
Y por esa razón la Mesa del Agua, que reúne a las instituciones públicas y privadas responsables de este recurso, abordará hoy el preocupante tema del bajo nivel de las presas y decidirá un plan de emergencia, para administrar mejor el agua disponible en lo que llegan las lluvias.
El país debe estar preparado para acoger las medidas que se decidan en este plan de emergencia. Nadie puede desperdiciar agua ni hacer mal uso de ella, porque la prioridad es proveerla a las gentes para sus necesidades, no para lavar carros ni dilapidarla en otros menesteres que no sean indispensables.
Este problema, para que estemos bien conscientes, no es único de República Dominicana. Los países vecinos del Caribe y varios de la América del Sur lo padecen en grados extremos, y han tenido que apelar a fuertes medidas restrictivas. Aquí estamos también compelidos a hacer lo mismo.
Es un problema que viene de meses atrás y que se pensó que podría mitigarse cuando llegaran las lluvias de mayo, pero lo cierto es que los pocos y espaciados aguaceros que han caído sobre el país no dan agua suficiente para almacenarla en nuestras presas.
La producción de agua potabilizada para el consumo de los ciudadanos sigue mermando y el déficit sube de nivel en la medida en que pasan los días y no llegan las lluvias.
Ya estamos tocando fondo.
Y por esa razón la Mesa del Agua, que reúne a las instituciones públicas y privadas responsables de este recurso, abordará hoy el preocupante tema del bajo nivel de las presas y decidirá un plan de emergencia, para administrar mejor el agua disponible en lo que llegan las lluvias.
El país debe estar preparado para acoger las medidas que se decidan en este plan de emergencia. Nadie puede desperdiciar agua ni hacer mal uso de ella, porque la prioridad es proveerla a las gentes para sus necesidades, no para lavar carros ni dilapidarla en otros menesteres que no sean indispensables.
Este problema, para que estemos bien conscientes, no es único de República Dominicana. Los países vecinos del Caribe y varios de la América del Sur lo padecen en grados extremos, y han tenido que apelar a fuertes medidas restrictivas. Aquí estamos también compelidos a hacer lo mismo.
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