En estos momentos he llegado a punto en el que ya no puedo más, simplemente ya no puedo más. Si quieres, puedes seguir abusando de nosotros, buen clima abusador, pero ya no quiero que nada mejore ni en las lluvias de Barahona ni tampoco en el fenómeno de La Niña en el Pacífico Ecuatorial. Ya no quiero más Niñas de los 2000s. Sigue con el descontrol durante años y más años; haz todo lo que tú quieras.
Hay cosas a las que realmente uno tiene sus límites, y realmente esos límites no deben ser traspasados así por así, o habrá graves consecuencias en los hábitos de los meteorólogos como yo, quiénes detestarían cualquier tipo de mejoramiento en el clima, algo que pudiera resultar mortal para aquellos que si necesitan el mejoramiento. Sin embargo, lo que ha ocurrido en estos últimos 9 años, es algo a lo que realmente ha hecho que aquellos límites en mi carrera como meteorólogo, lamentablemente fuesen traspasados, y les puedo decir con toda seguridad, que ya no sé lo que es un clima estable, ya no sé ni siquiera qué son los fenómenos normales, que son las temporadas de lluvias, tormentas o un fenómeno de La Niña clásico por el cual anhelaba demasiado.
En otras palabras, ya me desacostumbré totalmente de aquellas épocas donde todo era una, ¡Wow! Ni sé que decir, pero lo único que digo, es que lamentablemente, ya no quiero saber de ellas, para nada. No quiero saber de ningún mejor clima, ya que el daño que ha causado el clima es tan grande, que ya empecé una nueva fase de costumbre del descontrol climático del que ya nadie me la podrá quitar, por este clima ser el peor abusador que haya visto en toda mi vida, y aunque eso pudiera perjudicar grandemente a todos mis queridos amigos por los cuales yo les guiaba de un mejor clima, ya no quiero saber nada de mejor clima, para nada.
Abusó demasiado de la consciencia de mi profesión. Habían pasado tantos años de descontrol climático, que lo que ha ocurrido a lo largo de los años, desde el 2014, no es para nada un asunto sencillo ni tampoco un simple problema pasajero; esto es un trauma, un tremendo trauma de años y años acumulados que para poder desaparecerse, se necesitarán más de 8 años de terapia intensiva para poder curarme, y eso pudiera perjudicar no solamente a mi profesión como meteorólogo, sino que también acabaría con todos mis gustos que había tenido por el mismo.
Y todo eso se lo debemos gracias al fenómeno del Niño del 2015, el llamado Niño Godzilla, que acabó con nuestro planeta a lo más grande, y fulminó la mayoría de los fenómenos normales que sucedían en el clima antes del 2013; este fenómeno fue tan perjudicial, que en un momento dado podía haber tomado una fuerza descomunal, que continuaría por años y años, y no solamente eso; El Niño pudo haber durado hasta agosto del 2016, de no ser por un milagro que ocurrió en mayo de ese mismo año, lo cual lo deshizo completamente, aunque para empeorar aun más la situación, ya que La Niña, el fenómeno contrario, ¡se repitió más de 3 veces en 4 inviernos, cuando debió haberse formado una sola vez, y siempre en verano, no en invierno! Algo realmente increíble e impresionante, que terminó por retrasar el enfriamiento esperado del planeta que siempre ocurría con esa estúpida Niña del diantre mano.
Por esto, y por todas las razones mencionadas, ya me acostumbré completamente al descontrol climático, y ahora, ya me resigno a tener una Niña en verano ahora en el 2022. No lo quiero, bajo ningún concepto, y no quiero saber nada de eso, porque ya me desacostumbré al otro clima. Me desacostumbré tanto de las otras épocas, que ya no quiero saber absolutamente nada de condiciones antiguas de La Niña, y ahora, mi gusto siempre será por el descontrol climático que se suscitado durante todos estos años.
Así es. Es muy lamentable, pero es la cruda realidad. Cuando hay una adaptación, eso no e puede combatir. Yo solamente espero que esto continúe y continúe durante años y años, y que ya no surja nada de lo que había en esas olvidadas épocas, para nada, porque ya estoy acostumbrado a lo nuevo, y nadie podrá quitarme ese gusto, por el abuso que el clima ha cometido durante años y años.
Por lo tanto, si en algún momento dado llega un fenómeno de La Niña Godzilla, el cual tenga temperaturas de -2.6 a -2.8 grados Celsius en el Pacífico Ecuatorial, y explota como un fenómeno de fuerza descomunal, ya sea en el mes de junio o julio del 2022, 2023 o 2024, para originarnos lluvias torrenciales que tanto necesitan las provincias del país, y que sea en la temporada ciclónica, y que enfríe completamente el planeta para el beneficio de la misma para que se estabilice el clima, regresándola a su época más estable, desgraciadamente les puedo decir que este clima y yo vamos a tener gravísimos problemas, pero gravísimos problemas, porque le lanzaré una tremenda gritada del que La Niña se va a arrepentir, y nunca más volverá a formarse, pero nunca más, por abusadora, lamentablemente que sí.
Porque todo lo que ocurre tiene sus consecuencias, y La Niña veraniega ahora tendrá que enfrentar a las suyas con mis costumbres.
Eh. ¿Tú sabes lo que significa 4 Niñas en invierno, sabiendo que este planeta ha entrado en un total caos por aquél El Niño Godzilla? Y que además, ¿tengamos al Cizapolo en el frente barahonero por tantos años? ¿Acaso una Niña veraniega de esa naturaleza podrá reparar el daño que el clima ha hecho? Es que el clima no se ha dado cuenta, que todo en la vida tiene sus consecuencias, y todo lo que tiene consecuencias, se deben enfrentar como es. Por eso es que ahora, cuando se forman estas seguidillas de Niñas en invierno, ello trae sus consecuencias tanto emocionales como físicos en todos los aspectos, y por eso, mi costumbre por las Niñas de invierno, se ha vuelto algo realmente deprimente para el perjuicio de los que anhelan un mejor clima, pero ya es demasiado tarde para excusas. El daño que me provocó el clima en mi, es inmenso
Ustedes saben muy bien que un daño tan grande no se podrá reparar simplemente con formarse un fenómeno de La Niña Godzilla en verano, y eso es lo que ustedes tienen que entender. Cuando hay demasiados fenómenos que se suscitan durante tantos años y se repiten tantas veces, es cuestión de mala suerte de que las costumbres se vuelvan un asunto irreparable, y es algo que tener un gran impacto para toda la agropecuaria de Jaquimeyes y Habanero, ya que ellos necesitan las lluvias regulares que caían en el 2010 y 2008 con este tipo de Niñas por las repetidas sequías que se han originado desde el 2014, pero ya a mi no me importa tener esa Niña veraniega nunca más, ya no le importa para nada; sencillamente no quiero saber de ese fenómeno veraniego nunca más, por abusador, ya que como les dije en el otro párrafo, en caso de que logre formarse, la gritada que le pegaré será tan potente e inmensa, que hará que esta Niña veraniega se arrepienta de haberse formado en el verano, y desaparezca del mapa, por lo menos durante el resto del siglo que queda de existencia, por abusar de mi consciencia con tantos años de abuso climático.
Y me disculpan por mi resigna por este mejoramiento del clima, pero es la cruda realidad, por haber pasado tantos años abusando de nosotros. Si por lo menos el clima pudiera haber tenido un poco más de cuidado por cambiar la DPO en fase positiva, y no formar ese monstruoso Niño en el 2015, esto no estuviera pasando, y no me resignaría por desechar a La Niña veraniego. Pero, como ya el clima abusó de Barahona, pues, esa es la costumbre, y ahora nadie podrá quitarme ese disgusto que tengo ahora, lamentablemente.
Esa es la única realidad.
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